lunes, 4 de junio de 2012

s/t










  Una edificación abandonada, de un Santiago periférico, evidencia en sus paramentos algo de resistencia temporal, el tiempo se alberga en ellos, el tiempo se camufla como patina opaca, manto que encubre el espacio, que lo cubre de la luz  y lo aísla al lugar de las tinieblas y penumbras, allí donde suelen habitar los sin vida, los que han sido vaciados de toda verdad, elaborando toda una imagen estética de lo oculto, la noción de principio, la noción de base seria aquí ruinosa.
Aquí luz y arquitectura se cruzan, huellas temporales quedan suscritas sobre un soporte bidimensional, Huellas de fuego, la lumbre del hogar,  residuos emotivos de su fulgor, de un cobijo extinto. Antagónicamente a esta veladura ahumada aparece un signo lumínico, la cual brilla y resplandece en esta ausencia. La palabra aparece aquí en primera instancia como un objeto, objeto lumínico que genera el efecto resplandeciente y sublime, devela esta imagen muerta, la activa. Luego es más lenguaje, como tal su significado, remeciendo su carácter ontológico.
















Impresión ciega de Ruina / Humo y Luz de Neón sobre papel180x130 cm.aprox.